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miércoles, 30 de junio de 2010

Si no te valoras a ti mismo...¿Quién lo hará?

El viento soplaba con intensidad en la playa de levante. Su pelo se movía creando unas pequeñas ondulaciones. Varias lágrimas caían por su rostro ya pálido de tanto llorar. Precisamente mi punto fuerte no era consolar a chicas. Ella me dijo que era fea, bajita y que estaba un poco gorda. Ella me dijo que no tenía sentido del humor, que era seca y sosa. También dijo que era muy tímida, que nunca tendría valor para hablarle. Ella me dijo que nunca lucía tacones ni vestidos excelentes, con los que poder destacar. Ella contó que no sacaba unas brillantes notas, que no destacaba en nada, que era una perdedora. Por último me dijo que no se gustaba a sí misma.
Le miré de reojo intentando comprender su sufrimiento. Ah, claro: un chico. Ella no era lo que él quería y por eso se veía tan monstruosa. Pero ella no era nada de lo que me había mencionado. No era baja, ni estaba gorda. Ni mucho menos era fea. Claro que tenía sentido del humor, de ella sacaba mi repertorio de chistes. Al principio cuando me conoció, era tímida pero con el paso del tiempo se convirtió en alguien efusivo y extrovertido. A ella no le hacía falta llevar tacones ni vestidos lujosos para destacar. Ella tenía luz propia. Sus notas eran normales, como las de cualquiera. Lo de que no destacaba en nada, era una trola. Era la número uno en el puesto de mi mejor amiga. Entonces, dentro de mis pensamientos, llegué a la conclusión que era mi prototipo de chica perfecta.
Le hice ver que si ese tonto no le apreciaba era cosa suya. Le dije también, que si no se daba cuenta de su belleza, era porque estaba ciego. Le conté que todos esos aspectos que me había dicho, eran tan solo tonterías suyas. Finalmente mientras le limpiaba las lágrimas de la cara le dije:
- Si tú no te valoras…¿Quién lo hará?
``Yo, por supuesto´´
respondí inconscientemente a mi pregunta, pero no dije nada. Me miró con dulzura y me dio un fuerte abrazo. Inhalé su colonia de olor a coco, que tanto me gustaba. Antes de irse me dijo que siempre sería su mejor amigo.

Siempre su mejor amigo…Siempre…

Me dejó en la playa solo, pensativo. Reflexioné sobre lo que había pasado en menos de una hora. Me dejé sumergir en mis pensamientos. Si yo hubiera sido más alto y más guapo, le habría gustado. Si yo hubiera sido más carismático e inteligente, le había gustado. Si yo hubiera sido deportista y musculoso, le habría gustado. Me examiné de arriba abajo, de pies a cabeza. Me di cuenta de que no me gustaba a mí mismo.

En ese instante me consolé con la frase que había utilizado hace poco: Si no me valoro a mí mismo…¿Quién lo hará?

Me levante a duras penas y sacudí mi pantalón. Dejé allí la playa intentando alejarme de mis pensamientos y de mis penas.

lunes, 28 de junio de 2010

Los Atrapasueños (Parte IV)

Lucas estaba tan absorto en su canción, que no se dio cuenta de que alguien le estaba mirando.
- Es genial, tocas muy bien. – pronunció una voz femenina.

Dando un salto Lucas tartamudeó sorprendido:
- Gra-gracias.
- Yo toco la batería.-dijo la chica intentado sacar un tema de conversación, al ver que Lucas se había quedado pillado.
Justo cuando el chico iba a hablar, el ruido de unos tacones interrumpió la conversación. Se trataba de Noelia. Probablemente había escuchado la música y se había enfadado porque había utilizado el piano sin su permiso.
-¡Vosotros dos! –los jovencitos se sobresaltaron- Venid conmigo.
Ambos se miraron, intuyendo lo que iba a pasar. ``Perfecto, -pensó Lucas- empezamos bien el curso´´. Siguieron a la profesora por los pasillos hasta que llegaron a un pequeño despacho. Entraron en silencio, Noelia cerró la puerta. Su expresión no era de enfado, estaba… ¿sonriente?
Se acercó hacia ellos felizmente, sin intención de regañarles, como los chicos habían pensado. Les preguntó por la música que acababa de oir. La chica señaló a Lucas y éste enrojeció. Noelia puso un folleto sobre la mesa. Era un concurso para jóvenes grupos musicales. Cada grupo representaría a su instituto y ella le estaba pidiendo que participase. Laura –así se llamaba la chica- tomó la iniciativa:
-¡Me parece una idea genial! Me encantaría formar parte de ese grupo, ya te he dicho que toco la batería. –Hablaba dirigiéndose a Lucas- como si éste ya hubiese dado su aprobación.


jueves, 24 de junio de 2010

Concurso : La segunda vida de Bree Tanner



Bueno, este es un concurso organizado por el blog Soñadores de Libros, en el que he decidido participar ya que la Saga de Crepúsculo es una de mis favoritas. Tan solo os animo a participar, ya que considero que este libro es un buen premio para un concurso.
¡Participad!

lunes, 21 de junio de 2010

Erase una vez...

Erase una vez una princesa sin castillo, un rey sin orgullo y un rico sin dinero.
Erase, erase, un mundo al revés.
Erase una playa sin mar, un desierto sin arena y un bosque sin árboles.
Erase, erase, un mundo al revés.
Erase un sol sin luz, unas nubes sin agua y un cielo sin color.
Erase, erase, un mundo al revés.
Erase una canción sin notas, una melodía sin armonía y un musico sin instrumento.
Erase, erase, un mundo al revés.
Erase una mirada sin brillo, una triste sonrisa y un abrazo sin veracidad.
Erase, erase, un mundo al revés.
Erase mi existencia sin tu presencia, mi sonrisa sin la tuya y mi felicidad sin tu amabilidad.
No podría vivir sin ti. Por lo tanto, erase, erase un mundo al revés.


domingo, 20 de junio de 2010

Los Atrapasueños (Parte III)

La clase acabó con el famoso timbre, que indicaba el comienzo del recreo. Todos recogieron rápidamente, para salir pitando hacia su media hora de descanso. Todos menos Lucas. Guardaba sus cosas tranquilamente, no tenía prisa. Noelia salió de la clase con prontitud pero con intención de volver después. Perfecto, iba a quedarse solo en cuanto saliesen los últimos compañeros.
Una de las chicas nuevas tardó en recoger. Cuando se puso la mochila en el hombro, comenzó a andar lentamente hacia la salida. Se tropezó con una silla… Todas sus cosas cayeron al suelo. Pareció enfadarse consigo misma. Rápidamente Lucas se acercó y le ayudó a recogerlas. Ella le sonrió y le dio las gracias. La chica, no miraba a ninguna parte. Quedó desconcertado cuando pudo apreciar que la joven era ciega. Lucas no se había dado cuenta antes, bajó la mirada y pudo comprobar que en el suelo había un bastón. Se agachó y lo cogió cuidadosamente. Se lo dio y poco después le ayudó a guardar los libros en la mochila. Una vez todo en orden, le preguntó si necesitaba su ayuda.
- No gracias, -dijo bastante seria- quiero ser autosuficiente. –susurró contundentemente.
Tras haber escuchado una respuesta no muy previsible, la dejó
pasar. Esperó a que desapareciera y entonces se le dibujó una sonrisa en la cara. Dando dos grandes zancadas, se aproximó a la puerta y la cerró decididamente. Relajado ya, caminó hacia un piano que se encontraba al final del aula.
Agitó los dedos deseoso de acariciar el teclado, se sentó en el taburete. Comenzó a tocar sin pensárselo dos veces. Sus manos se deslizaban con destreza y habilidad sobre aquel antiguo instrumento. Había trabajado en esa melodía durante meses, le salía perfecta. Aquellas notas todas juntas, formaban una preciosa composición que a cualquiera, por poco que le gustase la música, le llamaba totalmente la atención y le despertaba los sentimientos.

viernes, 18 de junio de 2010

Los Atrapasueños (Parte II)

Recuerdo el día que les conocí. Al principio pensé que eran unos adolescentes del montón pero ellos eran diferentes, especiales. Poseían un don; el de la música. Esa fue la principal razón por la que se unieron. La música era para todos ellos, una auténtica pasión.

- ¡Buenos días chicos! – Saludó Noelia, la nueva profesora de música. Hoy es nuestro primer día de clase, así que solo haremos las presentaciones. Nos dedicaremos a conocer a los nuevos compañeros que se han incorporado a la clase. ¿De acuerdo? -Todos los alumnos asintieron - Me llamo Noelia Gutiérrez y seré vuestra profesora de música durante este curso.
Noelia continuó hablando de sus preferencias musicales y de cómo se desarrollarían sus clases, sin que nadie se atreviera a interrumpirle. A pesar de su juventud imponía autoridad.



Según sus indicaciones, uno a uno, iniciaron las presentaciones y comentarios relacionados con la música. Algunos nombraron sus grupos favoritos, otros afirmaron que le gustaban el Heavy Metal, una chica que tocaba el clarinete y otros que tenían poco interés por el tema… Hasta que le tocó a Lucas. Éste no sabía que decir. ¿Para qué decir de que sabía tocar el piano? ¿Para que el idiota de Hugo se volviera a meter con él? No, pasaba de que su ex-amigo le dijese: ``que el piano es para chicas´´, o ``que la música clásica es cursi.´´ Suprimió la información y se limitó a contestar que le gustaba el Pop.
Hugo siempre había sido muy amigo de Lucas. Pero por culpa de una chica se distanciaron. Hugo estaba enamorado de Natalia, una compañera de su clase. Un día se llevó una gran sorpresa al saber, que ella estaba por su mejor amigo, Lucas. Aunque a éste no le interesaba Natalia… ¡cosas que pasan! … Entonces la envidia provocó que cortara su vieja amistad y además propició un ambiente hostil hacia él, provocando que los demás de la clase no se acercasen a su antiguo colega.



Los Atrapasueños (Parte I)

Cada vez que me siento en mi cama y observo la mesita de noche, me siento obligado a mirar aquella foto que hice hace tanto tiempo… Bueno, en realidad, no hace mucho. Pero da la sensación de que sí, ya que las cosas han cambiado tanto… Aquellos cinco chicos han crecido. Ya no son los mismos.
Tres chicos y dos chicas. En esa foto podrían tener unos quince años. A la izquierda, estaba Víctor. ¡Parece otro! Su pelo negro, lo llevaba corto. Aún portaba esas gafas tan odiosas, que escondían sus llamativos ojos verdes y que eran las culpables de que lo acusaran de ``pringao y empollón´´. A él no le importaba demasiado. ``Mejor sólo que mal acompañado´´, se decía así mismo. Vestía una camisa a cuadros y unos pantalones vaqueros.
Al lado de éste, Laura. Con un peinado tan peculiar, que ninguna chica se a
trevía a imitar. Sus muñecas, como era usual en ella, estaban repletas de pulseras de diferentes colores y tamaños. Le decían rara, aunque en realidad era sólo su apariencia. Cogida de su mano y con una brillante sonrisa estaba Samanta.
Esa sonrisa tan encantadora, que era tan difícil de sacar… En la foto tenía sus gafas de sol favoritas, que ocultaban una triste mirada perdida. Sí, Samanta era ciega, eso era uno de los motivos por lo que pasaba más tiempo sola y sin compañía. Quería tener amigos que la quisiesen tal y como era y no porque sintiesen pena de ella. Llevaba un vestido largo de color esmeralda. Alguien la rodeaba con el brazo, ese era Lucas.
Un chico muy encantador. Es el que más quiero de todos ellos. Su pelo castaño repeinado con tres kilos de gomina - su cabello era indomable- brillaba artificialmente captando la atención de cualquiera que mirase la fotografía. Además, era el que más destacaba debido a su altura. Una persona de gran corazón, que en su infancia no tuvo el calor de unos padres. Por último, Frederick “el inglés”. Ojos celestes, pelo rubio y liso, simpático y alegre. Un tipo genial. Una temporada la pasó sólo, a causa de unos idiotas de su clase que se reían de él, por su acento de turista despistado.

jueves, 17 de junio de 2010

Cofre misterioso

Junto a Margi me acerqué con cuidado a aquella caja tan misteriosa. Eran muchas las leyendas que nos había contado sobre ese cofre. Todas ellas de eran de terror. Dragones, brujas y cosas tan fantásticas, que, ningún adulto estaría dispuesto a creer. Por eso todo lo que veríamos en esa caja, sería un secreto de los dos. Ambos teníamos miedo y no sabíamos lo que encontraríamos dentro. Tiritando y a paso lento, avanzamos a esa gran caja mientras escuchábamos los crujidos de de nuestros tenis en el suelo de madera de aquel viejo desván. Ya estábamos delante del cofre. Margi apuntó con la linterna al cofre. La misteriosa sombra del objeto nos producía escalofríos. Toqué la caja y esta se movió. Con cautela cogí una manopla, que se hallaba entre los millones de trastos de aquella pequeña habitación. Con templanza levante la tapa del antiguo cofre. Nuestros ojos se abrieron como platos al ver lo que había en el cofre, nunca pudimos imaginar lo que había allí.

Poesía - Siento que estás conmigo

No sé dónde estás,
ni donde te has metido,
pero en un hueco
de mí corazón
siento que estás conmigo.
Tampoco sé porque te fuiste
ni por qué razón
pero tan solo quiero
que vuelvas, por favor.
Pronto en el cielo estaré a tu vera
pero antes me gustaría tenerte
hasta el fin de mi era.
Con mi pluma, fuerte escribo
en este pequeño papel,
para que mi sufrimiento
reflejado se pueda ver.
El alma me pesa
mi corazón inundado está
por lágrimas eternas
que jamás se secarán.
Sé que mi sonrisa
nunca volverá a brillar
porque ésta de dolor
llena está.
De dolor sufro,
de dolor muero,
pero lo que más me duele
es que aunque tú no estés
todavía te quiero.
No sé dónde estás,
ni donde te has metido,
pero en un hueco de mi
corazón siento que
estás conmigo.



miércoles, 16 de junio de 2010

El blog

Hoy en día nadie sabe en que consisten las palabras, ni que función tienen. Muchos se lo cuestionan, pero para mi es una respuesta más que evidente. Sin ellas no seríamos nadie. Para mí, las palabras son el obsequio más valorado del ser humano. Las usamos continuamente, pero muy pocos se percatan de su existencia. Muy pocos se dan cuenta de su valor.

Con las palabras te expresas, hablas, indicas y también puedes sentir. Las palabras pueden dolerte como un puñal, si escuchas lo que no quieres. Las palabras pueden mentirte y llegar a jugar contigo. También las palabras te abren los ojos, te hacen ver la realidad. A veces te pueden llegar a hacerte la persona más feliz del mundo, pero también convertirte en el ser más desgraciado.

¿Cómo decir que el cielo es azul y la hierba es verde? Usando las palabras. ¿Cómo decirse dos personas que se quieren? Usando las palabras. ¿Cómo expresar lo que sientes? Usando las palabras. Palabras, palabras...

Ellas lo expresan todo y a la vez nada. Ellas dicen pero tambien callan. Muestran pero también ocultan. Son delicadas pero también dolorosas.

Ellas pueden cambiarlo todo en menos de un segundo. Pueden transformar la realidad en fantasía, la tristeza en alegría, el amor en odio...Prácticamente todo depende de ellas. Son poderosas y majestuosas. No las despercies porque en vano desaparecerán. Algún día ellas de tí se vengarán.

Por eso he creado este blog. Para demostrar que sin las palabras, nuestra vida sería mucho más dificil. Aquí podréis encontrar desde reseñas hasta pequeñas creaciones literarias mías. Disfrutad del blog y que no se os olvide comentar.


Para contactar conmigo: elpoderdelaspalabraseap@hotmail.com