Una de las chicas nuevas tardó en recoger. Cuando se puso la mochila en el hombro, comenzó a andar lentamente hacia la salida. Se tropezó con una silla… Todas sus cosas cayeron al suelo. Pareció enfadarse consigo misma. Rápidamente Lucas se acercó y le ayudó a recogerlas. Ella le sonrió y le dio las gracias. La chica, no miraba a ninguna parte. Quedó desconcertado cuando pudo apreciar que la joven era ciega. Lucas no se había dado cuenta antes, bajó la mirada y pudo comprobar que en el suelo había un bastón. Se agachó y lo cogió cuidadosamente. Se lo dio y poco después le ayudó a guardar los libros en la mochila. Una vez todo en orden, le preguntó si necesitaba su ayuda.
- No gracias, -dijo bastante seria- quiero ser autosuficiente. –susurró contundentemente.
Tras haber escuchado una respuesta no muy previsible, la dejó

Agitó los dedos deseoso de acariciar el teclado, se sentó en el taburete. Comenzó a tocar sin pensárselo dos veces. Sus manos se deslizaban con destreza y habilidad sobre aquel antiguo instrumento. Había trabajado en esa melodía durante meses, le salía perfecta. Aquellas notas todas juntas, formaban una preciosa composición que a cualquiera, por poco que le gustase la música, le llamaba totalmente la atención y le despertaba los sentimientos.
Muy bonita tu historia!
ResponderEliminarno me extraña que ganases el segundo premio..
Hace poco gané con una historia el primer premio tambien de mi instituto!
enhorabuena por la historia!
un saludo :)