Segundo día. Cronista sigue viviendo en la posada, junto al posadero y a su ayudante Bast. Al mismo tiempo que mantiene su papel de tabernero para el resto del pueblo, Kote vuelve a ser Kvothe al narrarle sus aventuras al escribano. La historia continúa: la parte emocionante de la vida de Kvothe...
En este segundo día de narración, Kvothe narra la etapa de su vida en la que deja de ser definitivamente un niño. Con ello no quiero decir que se haya transformado de repente en un adulto, pero su evolución es bastante notable. Emprende inciertas travesías, vive inesperadas aventuras, aprende de otras culturas, pierde su timidez con respecto a las mujeres, y conoce a muchos otros personajes que contribuyen a que se enriquezca como persona.
Creo que mi repertorio de palabras hermosas para referirme a esta trilogía está a punto de agotarse, mas haré un "esfuerzo" para escribir esta reseña. Contaros de nuevo que la brillante prosa de Rothfuss me maravilla, y que estoy profundamente enamorada de Kvothe os resultará monótono. Por ello, voy a enfocar este análisis (no lo llamo crítica porque considero que toda crítica tiene algún punto negativo, y este post no lo va a tener) de una manera diferente.
Como bien sabréis, El nombre del viento se convirtió en mi novela favorita (véanse los laterales del blog, y las múltiples entradas que le he dedicado) en cuanto la leí. Su segundo tomo ha seguido el mismo camino. Una vez terminado, me planteé la típica pregunta de lector de una saga: ¿Cuál estuvo mejor, el primero, o el segundo? ¿Cuál es mi favorito?
En este caso, lo tengo bastante claro. No puedo elegir porque sencillamente es una historia continuada que terminará con el último libro. No es posible segmentar ni dividir la trama. A mi parecer, los tres tomos formarán una novela única, que estará separada por el mero hecho de que es imposible manejar con soltura un ejemplar de aproximadamente 3000 páginas.
Si puede que en El nombre del viento me sobrara algún párrafo descriptivo, a El temor de un hombre sabio, aunque ha sido unas 400 páginas más extenso, no le quitaría ni una insignificante letra. Me sentaba a leerlo como si viese mi serie favorita: cada día leía lo que podía. Podía ser poco, o mucho. Fuera lo que fuere, mi paladar lector disfrutaba saboreando cada palabra. Cuando lo acabé (después de bastante tiempo) sentí una especie de vacío en mi interior. Lo había terminado. Ya no había más páginas. No me quedaba más Kvothe. ¿Qué iba a hacer ahora? Para colmo, no hay ninguna continuación a la que aferrarse.
Ya solo me queda releer mis fragmentos favoritos, y esperar a que el señor Rothfuss se digne a publicar la última parte de su obra. Tampoco es que pueda enfadarme mucho con él: me ha regalado mi media naranja literaria.
No tengo nada más que añadir.
Esta es mi opinión. ¿Cuál es la tuya?
Hola bonita!!
ResponderEliminarMe alegro de que lo disfrutaras tanto :)
Qué te voy a decir... me encanta esta historia,me encanta Kvothe y me maravilla la mente de Rothfuss. Sólo espero que nos sorprenda pronto con el tercer libro, tengo muchas y altas expectativas puestas en el *-*
Un besote
Hola!
ResponderEliminarA mí también me encantó <3 estoy deseando que publique el tercero ya, nos toca esperar T_T
Besos!
Si "El nombre del viento" me encantó, con "El temor de un hombre sabio" me ganó aún más *____*. Tengo mil ganas de que salga el siguiente ;O;
ResponderEliminarNo soy de leer libros de estas categorías, pero creo que lo apuntaré en mi lista por que la reseña está genial!
ResponderEliminarGracias por la reseña
Besos <3